Milan se impone al desorden

La coqueta ciudad de Valence acogió la que previsiblemente será la última llegada masiva del Tour de Francia 2025. La jornada, cómoda por su trazado pero agitada en su desarrollo, se saldó con una ‘volata’ muy desordenada y condicionada por una caída bajo el triángulo rojo del último kilómetro que redujo la contienda a una docena de corredores de entre los cuales emergió ganador Jonathan Milan (Lidl-Trek) por delante de Jordi Meeus (Red Bull-Bora-Hansgrohe) y Tobias Lund Andresen (Picnic-PostNL). El italiano anotó así su segunda victoria de etapa, tras la conseguida en Laval, y amplió su ventaja al frente de la clasificación por Puntos de manera cuasi definitiva. No hubo cambios en la general, que continúa encabezada por un Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) que recibió en Valence el maillot amarillo número 50 de su carrera. El esloveno tendrá que defenderlo en las dos jornadas alpinas subsiguientes: Courchevel-Col de la Loze, previo paso por Glandon y Madeleine, el jueves; y La Plagne, con Saisies y Pré, el viernes.

164 corredores tomaron la salida en la 17ª etapa de la edición número 112 del Tour de Francia para afrontar una travesía de 160,4 kilómetros entre Bollène y Valence, jornada de perfil llano que, por llegar en la tercera semana, se prestaba a dos escenarios posibles: una escapada lejana o una llegada masiva. Ya en el kilómetro 4, tras una breve batalla, partieron cuatro aventureros: Vincenzo Albanese (EF Education-EasyPost), Quentin Pacher (Groupama-FDJ), Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies) y Jonas Abrahamsen (Uno-X). Intentó sumarse a ellos, sin éxito, Axel Laurance (Ineos Grenadiers). El pelotón, conducido por el Lidl-Trek de Jonathan Milan y el Soudal-Quick Step de Tim Merlier, les consintió una ventaja máxima de 2’50” en el kilómetro 23.

Escaramuza en el Col du Pertuis

Abrahamsen lideró el paso por el sprint intermedio de Roche-Saint-Secret-Béconne (SI, km 47,9), donde la fuga conservaba 2’00” de ventaja. El paisaje cambió cuando Ineos Grenadiers se puso a tirar del pelotón en la aproximación al Col du Pertuis (4ª, km 66,3), reduciendo la diferencia a sólo 35” en la cima y abriendo la carrera en dos frentes. Por un lado, se multiplicaron los ataques controlados a duras penas por Quinn Simmons (Lidl-Trek). Por otro, Milan y Merlier se descolgaron junto a otros sprinters como Dylan Groenwegen (Jayco-AlUla) o Arnaud Démare (Arkéa-B&B Hotels). Pese al empeño de equipos como el Tudor de Alberto Dainese, el Alpecin-Deceuninck de Kaden Groves o el Intermarché-Wanty de Biniam Girmay, que sí habían pasado el puerto, los velocistas descolgados lograron, bien apoyados por sus compañeros, empalmar con el pelotón en el kilómetro 85 de etapa. En ese punto, la ventaja de la escapada se había visto reducida a 30”.

Una caída condiciona la ‘volata’

La carrera discurrió tranquila, apenas perturbada por una caída sin consecuencias de Carlos Rodríguez (Ineos Grenadiers) y Julian Alaphilippe (Tudor) entre otros en el kilómetro 110. Tan pronto como empezó el Col de Taratiguille (4ª, km 117), el belga Wout van Aert (Visma-Lease a Bike) se lanzó en solitario para coronar a 25” de cabeza y con 25” sobre el pelotón. No obstante, su aventura acabó poco después, cuando comprobó que no podría llegar a cabeza. A 12 kilómetros de la meta, Abrahamsen abandonaría a sus compañeros para lanzarse en solitario a por el triunfo. Sin embargo, acabaría engullido por el pelotón a 4,5 del final. La ‘volata’, muy desordenada, se vio marcada por una caída bajo el triángulo rojo del último kilómetro que dejó fuera de concurso a Merlier e implicó a Girmay, quien cruzaría la meta renqueante. XDS-Astana lanzó el reducidísimo sprint de una docena de ciclistas del cual emergió ganador Milan.

Etapa 18

Christian Prudhomme: Las estadísticas no mienten: se trata de la etapa más exigente del Tour 2025 merced a sus 5.500 metros de desnivel positivo acumulado. Gran parte vendrá de las subidas al Col du Glandon y el Col de la Madeleine, donde los corredores alcanzarán los 2.000 metros por primera vez en el día. Después volverán a desafiar las alturas sobre Courchevel rumbo al Col de la Loze, en lo que supone el primer paso de la ronda por esta vertiente. Tras dejar atrás el aeropuerto, los últimos cuatro kilómetros se disputarán en una pista tan irregular y explosiva como el trazado de 2020 y 2023.

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