Con el público en pie, brindándole una prolongada ovación, y en centro del corro Rubén Rodríguez Gutiérrez recibió la Insignia de Oro de la Peña Bolística Camargo de manos del alcalde Diego Movellán y el presidente Gerardo Castanedo. El homenajeado estuvo acompañado por su esposa, Elisa Pardo; sus hijos, Marcos y Javier; y unos emocionados padres, Emilio Antonio ‘Tete’ y María del Carmen.
En palabras de José Ángel Hoyos “el pasado sábado 9 de agosto, la Peña Bolística Camargo jugaba en esta bolera el último partido de la Liga de División de Honor 2025 frente a los ya campeones de la PB Andros La Serna. Al finalizar el tercer chico, Rubén Rodríguez dejaba su puesto a su compañero Carlos, y, con una prolongada ovación, los aficionados refrendaban su anunciada despedida de la competición activa.
Hoy, en su última peña y bolera, antes de la final de la competición estelar en la que tantas veces participó y que conquistó en dos ocasiones, Rubén vuelve al corro para recibir el reconocimiento y agradecimiento de todos los aficionados.
Naciste en 1977 en Villanueva de la Peña, en territorio muy bolístico y de ilustres campeones como Manolo Escalante y Fidel Linares, en el seno de una familia en donde los bolos comenzaban a vivir los éxitos de un jugador que iba a hacer historia en nuestro juego, Tete Rodríguez, tu padre.
Con esos mimbres, con las primeras enseñanzas bolísticas en el Colegio Malacoria de Ibio y con la inestimable ayuda de tus tíos maternos, Jesús y Ángel, comenzaste junto a tu hermano Emilio Antonio a peregrinar por las boleras de Cantabria en las muchas competiciones destinadas entonces a los más pequeños, mostrando muy buenas maneras y muy pronto mejores resultados. Con 11 años ganas en Ucieda el Regional Alevín, luego el Nacional Infantil en Torrelavega y, tras varios subcampeonatos, con 17 años, el Regional y Nacional de Segunda categoría que te abren el paso entre los grandes para enfrentarte en numerosas ocasiones a tu hermano y a tu padre.
Aunque algunos puedan pensar que iniciar ese camino siendo hijo de Tete Rodríguez podía resultar favorable, nadie te regaló nada y para huir de las comparaciones tuviste que forjar tu propio estilo, ni mejor ni peor, diferente, y caminar entre la facilidad y eficacia de juego de tu padre y la elegancia y técnica de tu hermano Emilio Antonio. Y así, con pleno dominio de las situaciones desde el tiro y con una ejecución impecable desde las posiciones de birle, con una madurez impropia de un chaval próximo a cumplir los 19 años, sorprendiste a todos y lograste tu primer Campeonato de España en la bolera del Pabellón de La Albericia, a escasos 200 metros de donde lo consiguiera por primera vez tu padre en 1973, y con tu hermano al lado como tercer clasificado.
Éxito y triunfo que repetiste en la Severino Prieto en 1999, con tu hermano también a la vera, esta vez como subcampeón, y que dos años después refrendaste en la recién inaugurada bolera Mateo Grijuela, ganando el Campeonato Regional escoltado en el podio por Rubén Haya, Jesús Salmón y tu propio padre. Con 23 años, nadie ponía en duda de que estábamos ante uno de los grandes ases que marcarían la historia de los bolos de Cantabria.
Imposible contar aquí tu brillante trayectoria en tu paso por las peñas Calixto García, Nueva Ciudad, Casa Sampedro, Hermanos Borbolla, Peñacastillo y Roper-Camargo, trayectoria que podemos resumir con unos asombrosos números: 30 ligas jugadas, 14 ganadas y 25 torneos de Copa; 113 Campeonatos disputados en las distintas categorías, con 15 triunfos; Maestro, Selecciones Cántabra y Española y más de 1.000 concursos jugados consuman un palmarés de leyenda que te coloca junto a los más grandes de esa época, formando parte de aquella triunfal partida de Puertas Roper 2007, el ‘dream team’, ‘la Partidona de Maliaño’: Tete Rodríguez, Jesús Salmón, Óscar González y Rubén Haya.
Serio, tímido y riguroso, claro y directo, prudente y honesto, comprometido con tus peñas y compañeros, son algunas de las virtudes que te avalan tanto dentro como fuera de la bolera y que son visiblemente reconocidas por todos. Reflexivo y calculador, consciente del paso de los años y de las dificultades para estar siempre a la altura de lo que uno mismo se exige, has tomado la difícil decisión de dar un paso atrás y dejar la competición, que no los bolos, a los que siempre estarás ligado. Ahora podrás dedicarle más tiempo a tu familia, a Elisa, y a tus hijos Marcos y Javier, que ya dan sus primeros pasos en la Escuela de Peñacastillo y que tendrán la inmensa suerte de ser su guía y maestro por las boleras de Cantabria, algo que, por culpa de la competición, siempre lamentó tu padre.
La Peña de Camargo, los aficionados, toda la gente de los bolos, estamos muy agradecidos por tu aportación y tus valores y siempre estaremos en deuda contigo. Hoy, antes de la gran final del Campeonato de España, como primer pago de esa deuda, la Peña Bolística Camargo quiere rendirte homenaje de agradecimiento y admiración haciéndote entrega de su Insignia de Oro, porque, Rubén, sabes que ésta siempre será tu casa y tu Peña”.



