Mohamed Attaoui ya está en la final

  • El cántabro impresiona ganando su ‘semi’ del 800 en Tokio con 1:43.19, la mejor marca de un español en la historia de los Mundiales

Mohamed Attaoui (ganador de su serie de primera ronda con 1:45.24) corrió en la tercera semifinal de 800 por el carril 8. Su récord de España (1:42.04) representaba la tercera mejor marca personal de los aspirantes, y la de la temporada (1:42.73) era la cuarta. Competían, como muestra del nivel, el campeón olímpico Emmanuel Wanyonyi (1:41.11/1:41.44) y el campeón mundial indoor de 2024, el estadounidense Bryce Hoppel (1:41.67/1:42.49). El cántabro, que se prepara a las órdenes de Thomas Dreissigacker, salió a cola de grupo y así pasó por el toque de campana (50.40 el líder Meziane)… Luego vino una exhibición digna de Netflix: sostenidamente comenzó a remontar en contrarrecta y, al salir de la curva, ya era primero, posición que mantuvo hasta el final (1:43.19, la mejor marca de un español en la historia de los mundiales), desvelándose como uno de los más serios candidatos al título.

«La verdad es que me encontraba súper bien pero estaba muy nervioso otra vez porque al final una semifinal de un Mundial no es nada fácil. Tenía la suerte de estar en la tercera pero también era la más dura. Sabíamos los tiempos de las anteriores y podíamos salir a correr un poco más y meternos cuatro pero yo quería meterme en la final por puestos, como siempre», explicaba Attaoui en los medios oficiales de la Real Federación Española de Atletismo. 

«Planteé la carrera de la misma manera que el otro día saliendo desde atrás, muy cómodo hasta el 400. En el 500 empecé a avanzar un poco, quise aguantar ahí pero me pudo el ansia porque estaba muy al cien por cien y cambié con todo. A falta de 100 metros aún tenía otro mini cambio pero vi que les despegaba y me vine arriba. Clasificación para la final y ahora, a soñar con todo», sentenciaba el cántabro, que según lo visto es un claro aspirante a medalla, aunque eso son palabras mayores dado el nivel, pero lo cierto es que la actuación de Attaoui ya es de sobresaliente.

Así las cosas, el español, quinto en los Juegos de París y plata europea el pasado año, partirá este sábado (15.22 horas) como claro candidato a los metales en una final en la que se jugará, entre otras cosas, un billete en business para volver a Madrid… Y es que Attaoui, según publica ‘Marca’ ha hecho una apuesta con Paul McGrath, la nueva joya de la marcha española. El que gane medalla pagará a su compañero un billete en business en el viaje de vuelta a España. Un dinero que seguro que cualquiera de los dos pagará feliz.

Por su parte, el campeón del mundo universitario, David Barroso, había enamorado al respetable en la ronda preliminar: ganó con 1:44.94 (tercera mejor marca de su vida). En su semi (la primera de tres, donde pasaban los dos primeros más los dos mejores tiempos a la final del sábado a las 15:22), el de Zafra, entrenado por José Ángel Rama, ocupó la calle 4 con la quinta mejor marca personal (y del año) de los contendientes, donde sobresalía el estadounidense Donovan Brazier (el más rápido de este año con 1:42.16). Tras una carrera en la que siempre estuvo metido, con opciones, acabó sexto con 1:44.27, su segunda mejor marca de siempre; de notable muy alto en su primer Mundial.

En la segunda y definitiva semifinal del 5.000 competía la plusmarquista nacional Marta García: 14:33.40 logrados este año, la sexta mejor marca de la temporada entre las presentes, entre las que figuraba -sin registro este curso- la mejor corredora de 1.500 de todos los tiempos, ya campeona aquí en esa distancia, Faith Kipyegon. La pupila de Thomas Dreissigacker, bronce europeo el pasado verano en Roma, se colocó en los primeros puestos del grupo principal, que transitaba ajeno a la escapada de la nipona Hironaka. Pasó el mil a 3:00.23, cómoda en la tercera plaza del paquete (no tardó en ponerse segunda y así pasó el 1500), con sensación de control. Su crono en el 2.000 fue 5:59.92 (a 6.52 de la fugada). El 3.000 lo solventó en 9:05.03. El cuatro mil, 12:09.97 (la Hironaka ya a la vista, 2.48 de la cabeza del grupo, la palentina iba cuarta). En esa misma plaza concluyó la prueba (14:56.96, quinta mejor marca de su palmarés y sexta vez que rompe la barrera de los 15 minutos), exhibiendo una maestría táctica tremenda y ganándose el derecho a disputar su primera final global al aire libre (en cubierta fue 7ª este invierno).

Idaira Prieto lució en la primera de las dos semifinales el apellido histórico legado por su padre y preparador, Antonio, leyenda del atletismo que, entre otros muchos sitios, vistió la camiseta del equipo español en este mismo emplazamiento (que no recinto, pues el Estadio Nacional se construyó después) en el Mundial de Tokio-91. Ambos comparten con Marta y Antonio Serrano el honor de ser las únicas parejas padre-entrenador de nuestra selección que saben lo que es competir en un Campeonato del Mundo. Pasaban las 8 primeras a la final del sábado (14:29) y ella partía con la 16ª mejor marca (14:55.15), con lo que fue acertada su táctica de colocarse al final de grupo en espera de poder ir recogiendo damnificadas, aunque el ritmo no fue muy exigente de salida (2:59.32). El 3000 lo pasó precisamente 16ª (9:03.75). Tiraba Tanaka (12:11.53) para delirio del público, con la plusmarquista universal Beatrice Chebet (a la postre ganadora con 14:45.62) y la campeona de Europa Battocletti a su estela. La segoviana, debutante en un Mundial, trataba de remontar, pero solo pudo ganar un puesto y finalmente concluyó 15ª en 15:11.16, la segunda mejor marca de su vida.

Jaël-Sakura Bestué venía de ofrecer una imagen poderosa siendo tercera en su serie de clasificación (22.74), donde alcanzó el pase a unas semifinales que disputó por la calle 9 de la primera de las tres series; accedían a la final (mañana a las 15:22) las dos mejores de cada carrera y los dos tiempos más rápidos. Se presentaba la discípula de Ricardo Diéguez ‘Panter’ —subcampeona mundial en su etapa como sub-18 y seis veces campeona nacional en el doble hectómetro— con su récord de España (22.19), quinta mejor marca personal y cuarta mejor marca de la temporada de las participantes. No pudo seguir sumando rondas y quedó sin opciones al ser sexta con 22.80. Ahora queda pensar en el relevo, donde será uno de los pilares de un equipo de 4×100 que hace tres años fue quinto.

La plusmarquista española sub-20, Marta Mitjans (1:59.88), fue la primera de nuestras tres ochocentistas en disputar la ronda preliminar. Le tocó la serie inaugural (había 7 y pasaban a la semifinal de -13:43- las tres primeras de cada carrera más los tres mejores tiempos). La debutante, dirigida por Alfonso Guillén, compartía parrilla con la campeona olímpica Keely Hodgkinson (ganadora con 1:59.70) y quedó apeada del evento al ser 7ª con 2:00.67 (a medio segundo de la tercera plaza), la tercera mejor marca de su trayectoria. Un estreno más que decente y esperanzador.

La siguiente fue Rocío Arroyo, la campeona de España absoluta y subcampeona de Europa sub-23, sexta mejor marca de la temporada (1:59.17) de todas las presentes en la segunda serie. La de Alcalá de Henares, entrenada por Antonio Fernández, iba a mitad de grupo al toque de campana y, tras varios toques por mantener la posición, concluyó quinta con 2:01.34 (quinta mejor marca de su vida), dejándose la piel sobre el sintético hasta meter el pecho en los cuadros. Sensacional la imagen ofrecida en su primera actuación mundialista.

La más veterana del trío (su segundo Mundial tras Budapest-23), Lorea Ibarzabal, compitió en la cuarta serie, donde ostentaba la séptima marca personal y sexta de la temporada (1:59.60) entre las ocho aspirantes. La discípula de Uriel Reguero, seis veces campeona de España, no se ha perdido ni un solo gran campeonato continental o global (aire libre y cubierta) desde el Europeo indoor de Estambul 2023. 58.02 y la nuestra quinta al paso del ecuador, pero la última recta se le hizo eterna y quedó eliminada al ser quinta con 2:00.60. Peleado como siempre y sin dejarse ir cuando todo se puso en contra. Nada que objetar a un valor seguro de nuestro deporte.

Fotos: RFEA/Sportmedia

Compartir