Dos cartas para España en el invierno de Tábor

Tábor siempre se cuenta con los dedos: el talud que parte la vuelta en dos, las escaleras que traban el pulso, la pradera que engaña de fácil y se cobra caro cada trazada. Allí, donde el ciclocross checo se volvió clásico, regresa la Copa del Mundo con un libreto de invierno de los de verdad: frío, suelo rápido y un pelotón que llega hecho una lija. Para España, el foco es diáfano y doble, Felipe Orts y Kevin Suárez, los únicos con dorsal en la élite y con los deberes de meterse en la conversación cuando empiece la criba.

Orts aterriza con piernas de confianza. En la última semana ha encadenado top-10 en Niel, Merksplas y Hamme, con un quinto puesto en el Jaarmarktcross, señales de que el alicantino ha afinado ese punto de potencia que exige la hierba compacta y los giros cortos. En Tábor parte en un segundo vagón que permite soñar con el corte bueno si la primera vuelta sale limpia: salvar la emboscada de la subida inicial, clavar la doble izquierda posterior y no conceder en la zona de escaleras. Si el termómetro se queda bajo cero, las rectas duras y el hielo fino pueden convertir cada relanzamiento en selección.

Suárez, más diésel y de paso largo, tiene una relación seria con escenarios así: cuando hay ritmo sostenido y el circuito obliga a conducir sin alardes, el cántabro encuentra su sitio. Dorsal a dorsal con Orts en la parrilla, su reto es idéntico: colocación desde el disparo, no regalar posiciones en el primer embudo y aguantar el latigazo cuando los belgas y neerlandeses tensen antes de meta. Con la vuelta medida en relanzamientos, su regularidad vale puntos y, sobre todo, posiciones.

La salida marcará el guion. Los favoritos, Thibau Nys, Joris Nieuwenhuis, Lars van der Haar, Laurens Sweeck, Michael Vanthourenhout, Cameron Mason, llevan semanas corriendo por encima del umbral, y Tábor, que aparenta amable desde la grada, esconde la tijera en cada 180º. Si no hay barro de verdad, veremos velocidad alta, gomas buscando agarre en la sombra helada y carreras que se deciden por acumulación de errores: uno para perder el tren, otro para despedirse de la tele. El horario manda tarde, 14:30, cuando la luz ya cae oblicua y el frío aprieta.

En élite femenina, cartel grande y ausencia española. La hoja de salida reúne a Lucinda Brand, Shirin van Anrooij, Annemarie Worst, Manon Bakker y Marie Schreiber entre muchas otras, con esa mezcla de potencia y finura que hace de Tábor una pasarela sin contemplaciones. Correrán a las 13:00; sin demasiado barro, la carrera tiende a romperse por ritmo y por cómo se negocian las escaleras cuando los latidos ya van de lado.

La mañana abrirá con júnior y sub-23, también sin presencia española en las listas publicadas: el laboratorio de talento que recordará por qué en este oficio la primera vuelta se corre con el codo y el resto con la cabeza. Buenos días para mirar con lupa a la generación que viene: salidas a las 08:50 (júnior masculino), 09:55 (júnior femenino) y 11:20 (sub-23 masculino).

Las dos pruebas élite podrán seguirse en Teledeporte y RTVE Play, con los comentarios de Álvaro García.

El parte mete los dedos en la herida de siempre: frío severo y posibilidad de nieve ligera en Bohemia del Sur. Nada que no hayan visto los cruzados del barro, pero suficiente para cambiar presiones, jugar con tacos y, sobre todo, abrigar el calentamiento como si fuese media carrera. En Tábor, con el asfalto helado junto a boxes y el césped crujiente en sombra, el tiempo también compite.

España viaja con dos cartas claras y un objetivo razonable: Orts peleando por la zona noble y Suárez consolidando un top-20 que es capital semilla para las siguientes rondas. El resto lo pondrán la salida, la curva donde siempre se encoge el circuito y esa recta de meta larga que parece alfombra y es papel de lija. El invierno, aquí, no perdona.

Información: elpeloton.net

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