- El que fuera director técnico de la Real Federación Española de Balonmano, jugador internacional, olímpico en Münich 1972 y seleccionador en varios países, deja un legado marcado por la pasión y la enseñanza del balonmano en todo el mundo
El mundo del balonmano despide con profundo pesar a Javier García Cuesta, una de las grandes referencias de este deporte tanto en España como en el panorama internacional. Nacido en Mieres (Asturias) en 1947, firmó una trayectoria brillante como jugador y entrenador, que le convirtió en una figura ampliamente respetada durante las últimas décadas.
Criado en Gijón desde los 14 años, comenzó a destacar en el club Codema, con el que se proclamó campeón de España en categoría infantil. Su talento pronto le abrió las puertas del Atlético de Madrid, donde jugó hasta 1975 y se consolidó como uno de los pilares del equipo. Con la selección española sumó 63 internacionalidades y participó en los Juegos Olímpicos de Münich 1972.
Tras retirarse como jugador, inició una extensa carrera en los banquillos. En Estados Unidos alcanzó uno de sus mayores logros: la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1987, con la que además consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. En España dirigió al Grupo Deportivo Teka hasta conquistar la Copa del Rey, y posteriormente asumió el mando de la selección nacional, con la que estuvo presente en el Mundial de Checoslovaquia 1990 y en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Su prestigio trascendió fronteras: fue seleccionador de Egipto, con quien logró un histórico 6º puesto en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, además de dirigir a Portugal entre 1999 y 2005 y a Brasil a partir de 2009. Entre sus principales éxitos figura la clasificación de Estados Unidos para los Juegos de Seúl y la de Egipto para los Juegos Olimpicos de Sídney. Con Portugal consiguió el mejor resultado de su historia en un Europeo. También ocupó el cargo de director técnico en la Real Federación Española de Balonmano, donde dejó huella por su capacidad formadora y su visión moderna del juego.
Javier García Cuesta deja un recuerdo imborrable entre jugadores, técnicos y aficionados que lo trataron. Su trayectoria confirma que el balonmano español no solo ha brillado gracias a sus grandes generaciones de jugadores, sino también por entrenadores capaces de llevar la pasión por este deporte a todos los rincones del mundo.
En la fotografía superior, dirigiendo un partido GD Teka-Granollers.